LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 2001

Estamos ante las primeras fiestas del siglo XXI, que empezaron con un chupinazo pasado por agua. Una vez más el terrorismo incidió en el programa festivo como un visitante al que nadie había invitado. Sucedía esto el último día de las fiestas, el 14. En la mañana de ese día, minutos antes de las 10, ETA asesinaba en Leitza colocando una bomba en los bajos de su camioneta a José Javier Múgica Astibia, de 59 años, concejal en esa localidad por parte de Unión del Pueblo Navarro. La reacción ante este hecho no se hizo esperar; cientos de pamploneses se concentraron a la 1 de la tarde en la Plaza Consistorial en donde se guardó cinco minutos de silencio que fueron culminados con un prolongado aplauso y con reiterados gritos en contra de la organización terrorista y a favor de la libertad.
La duda era si las fiestas iban a quedar suspendidas o no; finalmente, la junta de portavoces del Ayuntamiento de Pamplona decidió mantener la celebración de la función de la Octava, pero exenta esta de todo elemento festivo, es decir, sin música, sin gigantes y sin bailes. La corporación municipal se trasladó ese día hasta la iglesia de San Lorenzo en medio de un respetuoso silencio, roto tan solo por algunos gritos de rechazo a ETA.
En la Plaza de Toros, en la corrida de la tarde, se quiso guardar un minuto de silencio, pero los pitidos que algunos lanzaron desde los tendidos de sol, convirtieron a este en un minuto de aplausos.

Al margen de este triste episodio, las fiestas discurrieron con normalidad. Europa se veía sacudida en esos momentos por lo que se denominaba el mal de las vacas locas (encefalopatía espongiforme bovina), cuyos orígenes estaban en Gran Bretaña, y eso tuvo su pequeña repercusión en la Feria del Toro de este año. ¿Hasta qué punto incidió?; lo más importante es que los toros no podía ser aprovechados para el consumo, sino que obligadamente tenían que ser incinerados; de hecho, al acabar cada día la corrida, una grúa cargaba con ellos y los metía en un camión que los transportaba hasta la incineradora. Y lo mismo había que hacer con las orejas, que se podían cortar y exhibir, pero después había que quemarlas con el resto del cuerpo.

Las ganaderías de este año fueron las de Miranda de Pericalvo (día 5, novillada), Murube (día 6, corrida de rejones), Torrestrella (día 7), Miguel Ángel Millares (día 8), Cebada Gago (día 9), Jandilla (día 10), Santiago Domecq (día 11), Marqués de Domecq (día 12), Gutiérrez Lorenzo (día 13), y Eduardo Miura (día 14).
El suceso más grave de esta feria se vio el día 14 cuando el diestro Juan José Padilla intentaba matar a Sureño; en ese momento el morlaco le metió el pitón por el cuello desgarrándole el esófago y fracturándole una de las vértebras cervicales. La oportuna y excelente intervención del equipo médico de la plaza salvaron su vida in extremis.
Otros matadores de toros que se pudieron ver en la Feria del Toro 2001 fueron Pepín Liria, Víctor Puerto, El Califa, Luis Francisco Esplá, Luis Miguel Encabo, Francisco Marco, Juan José Padilla, Jesús Millán, Rivera Ordóñez, Javier Castaño, Morante de la Puebla, Eugenio de Mora, El Juli, Jesulín de Ubrique, Finito de Córdoba, Enrique Ponce, El Zotoluco y El Renco.




PINCELADAS

Alcalde.- Yolanda Barcina

Horarios.- Encierro: 8 de la mañana; Corrida de toros: 6’30 de la tarde.

Chupinazo.- Fermín Tajadura (presidente del Portland San Antonio)

Autor del cartel de fiestas.- Pablo Errea Rodríguez (Título: Encierro)

Autor del cartel de la Feria del Toro.- Laura Panno (Título: Toro fuera del campo)

Un encierro de película.- Fue un encierro sin toros, casi ni se le podría llamar simulacro, pero lo cierto es que se aprovechó las fiestas para rodar una secuencia de varios mozos corriendo a su paso por la Plaza Consistorial como si lo hiciesen delante de los toros. Se trataba del rodaje de la película inglesa The football Factory, dirigida por Keith Boak.

Portland San Antonio.- Si el año anterior el disparo del chupinazo le correspondió al capitán de Osasuna, este año el protagonismo le correspondió al Portland San Antonio, equipo navarro de balonmano, que acababa de ganar la Copa de Europa. El encargado de encender la mecha del chupinazo fue su presidente, Federico Tajadura.

Cenizas.- No era la primera vez, ni tampoco fue la última que esto sucedía. Las calles por las que cada mañana discurre el encierro de los toros fueron en estas fiestas depositarias de las cenizas de un pamplonés que vivió parte de su vida en Tolosa (Guipúzcoa). Se trataba de Javier Ayensa Barea, más conocido como Pachico. Fueron sus sobrinos los encargados de hacer cumplir su voluntad, esparciendo sus cenizas por el recorrido del encierro.

San Fermín salió a la calle dos veces.- Las aglomeraciones que venían produciéndose dentro de la Capilla de San Fermín con motivo de la ofrenda floral infantil, hicieron que el Ayuntamiento solicitase que en esta ocasión se sacase a la calle la imagen de San Fermín para que los niños hiciesen su multitudinaria ofrenda floral. La Corte de San Fermín accedió a ello condicionado a que para el próximo año se hiciese una réplica de la imagen. Y así se hizo.

Bibliografía.-
AZPILICUETA, Luis / DOMENCH, José María.- Guía imprescindible de los Sanfermines – Essential guide to the fiesta of San Fermín. Arrako Ediciones. 2001.