LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1995

         Llegan las fiestas de este año en medio de un gran ambiente político marcado por acuerdos tripartitos que arrebataron el poder a los regionalistas. En vísperas de fiestas se llegaba a un acuerdo entre PSOE, CDN y EA, que posibilitó la formación de gobierno en la máxima institución provincial; y el mismo día 7, el pacto municipal entre PSOE, IU y CDN, permitía la investidura de Javier Chourraut como nuevo alcalde de Pamplona.

         El Día de las Peñas, celebrado el 2 de julio, nos obsequió este año con la mayor concentración de gigantes que ha conocido la capital navarra; exactamente 156 figuras correspondientes a 40 comparsas. Pudo degustarse también, en esa misma jornada, una paella gigante, obra de la Peña Rotxapea, con la que se dio de comer a algo más de mil personas en el Paseo Hemingway.

         Pero las fiestas de este año vivieron dos acontecimientos que obligadamente les hacen pasar a la historia. El primero de ellos es la presencia en el cartel de la Feria del Toros de cinco toreros navarros (dos novilleros, dos matadores y un rejoneador), que vino a denominarse cartel foral. Así pues el día 6, en lugar de la tradicional novillada se celebró una corrida mixta –que dicho sea de paso resultó muy floja a juicio de los críticos- en la que se pudo ver al matador Francisco Javier Martínez “Paquiro” compartiendo terna con los novilleros Edu Gracia y Francisco Marco “Marquitos”, frente a reses de la ganadería de Aguadulce.
         El día 9 fue el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza quien brilló con luz propia recordándonos que éramos la patria chica de una de las primeras figuras del rejoneo a nivel mundial (poco tardaría en convertirse en el indiscutible número uno). Y el día 10 fue Sergio Sánchez quien cortó una oreja a su primer toro de la tarde (finalizada su actuación se suspendió la corrida a causa de la lluvia), sorprendiendo a propios y a extraños con la colocación de su tercer par de banderillas esperándole al toro sentado en una silla.
         Al margen de estos cinco toreros forales estuvieron presentes en la Feria primeras figuras como José Pedro Prados “El Fundi”, Domingo Valderrama, Oscar Higares (que sufrió una aparatosa cornada de 30 centímetros el día 7), Tomás Campuzano, Miguel Rodríguez, Cristo González, Javier Vázquez, Pepín Liria, Cesar Rincón, Juan Mora, José Mª Manzanares, Jesulín de Ubrique, “Pedrito de Portugal”, Emilio Muñoz,  Enrique Ponce, Francisco Rivera Ordóñez, y Manolo Sánchez. Estuvieron anunciados también Alejandro Silveti y “Espartaco”, pero a última hora se cayeron del cartel.
         Frente a esta plantilla estuvieron reses de Celestino Cuadri, Eduardo Miura, Dolores Aguirre, Cebada Gago, Sepúlveda, Nuñez del Cuvillo, Torrestrella, y la de El Torreón; sin olvidarnos del toro de Antonio Ordoñez que lidió el rejoneador estellés.

         El otro acontecimiento importante, y trágico, fue la cogida mortal en el encierro del día 13 del joven norteamericano Matthew Peter Tasio, de 22 años, que murió corneado en la Plaza Consistorial por el toro “Castellano” de la ganadería de Torrestrella. El toro le cortó por completo la arteria aorta al cornearle en la región lumbar cuando el joven trataba de levantarse del suelo. El infortunado joven se convertía así en la decimotercera víctima mortal del encierro en la historia de este acto (todas las víctimas han sido en el siglo XX, siendo ésta la última de este periodo).
         Ya el día 8 se había vivido una situación peligrosa cuando uno de los miuras, después de dar la vuelta al ruedo, salió de la plaza iniciando la carrera en el sentido inverso al encierro. Los heridos por asta de toro en estas fiestas fueron Shane Baisden (día 9); Alfonso Sola y Fred T. Kishaba (día 10); y Daring Boring (día 12).

         Y no me resisto a dejar el año sin mencionar al mural que se colocó –y que se coloca desde entonces- en el establecimiento “P. Guerendiain” en la misma curva de la calle Estafeta. El cuadro, pintado por el navarro Patxi Marcilla, fue plasmado sobre el tablón protector que esta tienda coloca durante el encierro por encargo del propio establecimiento. El mural en cuestión, que mide algo más de 3’5 metros de ancho por 2’5 metros de alto, representa la figura de San Fermín flanqueada por los 16 pañuelos de las peñas pamplonesas.




PINCELADAS


Alcalde.- D. Javier Chourraut

Horario.- Encierro: 8 de la mañana.  Corrida de toros: 6’30 de la tarde.

Chupinazo.- D. José Javier Echeverría

Sanfermines temerosos.- Una vez más la ciudad vivía un ambiente enrarecido por los actos violentos protagonizados por jovenes de extrema izquierda vinculados al nacionalismo radical (incendio de un autobús urbano, ataque a un coche camuflado de la policía, atentados contra cajeros, agresiones a los manifestantes que pedían la liberación del industrial José Mª Aldaya secuestrado por ETA, graves incidentes en las fiestas de Santesteban, etc.). Ante esta situación el delegado del Gobierno, don Cesar Milano, hizo un llamamiento al sentido común de los pamploneses en previsión de posibles incidentes, pues durante las fiestas estaban convocadas algunas manifestaciones por este entorno político.

Baile de la Era: un espectáculo en alza.- El festival de danzas que se celebra anualmente en la Plaza de los Fueros a la una de la tarde del 6 de julio, contó este año con un récord de participación durante su última actuación: el Baile de la Era.
         La bella coreografía de esta danza se repite diariamente a las doce de la noche en la Plaza Consistorial con una importante participación popular.

Nueva capa para el santo.- Durante la procesión de San Fermín el santo estrenó una capa nueva, regalo de la bordadora pamplonesa Mª Adoración Atondo Equiza. El manto, de terciopelo granate, medía 1’10 metros de ancho y 2 metros de largo, luciendo una greca en la parte delantera de 20 centímetros de ancho; en el centro destacaba el escudo de Pamplona; y todo él estaba adornado con diferentes dibujos bordados con hilos de oro mediante la técnica de matizado. La tela llevaba cosidas chapas de plata de ley y bañadas en oro, del tamaño de una peseta.
         Mª Adoración Atondo, que anteriormente ya había restaurado dos capas del santo, invirtió en este laborioso trabajo año y medio. Con esta nueva capa era ya seis las que tenía San Fermín.

Toro insumiso.-  Se llamaba “Escultor”. Era el sexto de la tarde, de la corrida del día 11. Se negó a morir bajo la espada de Pedrito de Portugal y, cuando se decidió su devolución, se negó a acompañar a los bueyes. Todo ello en medio del griterío de los tendidos de sol que coreaban aquello de “ese toro es insumiso”. Finalmente el morlaco entró sólo en el corral, en donde fue abatido de un tiro.

Homenajes a José Joaquín Arazuri, Pedro Martín Balda y al maestro Turrillas.- Sin estos tres personajes, un historiador, un cartelista y un músico, sería difícil de entender hoy la realidad de nuestras fiestas. Los tres, a su manera, han dejado su gran huella en los sanfermines del siglo XX. Así lo entendió el Hotel Maisonnave, y así se lo reconoció con individuales homenajes a cada uno de ellos. Supo así este hotel captar perfectamente el sentir general de la ciudadanía pamplonesa.

Bibliografía.-
·        GÓMEZ MARTÍNEZ, Jesús Carlos.  Sanfermines forever.  55 páginas. Ediciones Aldabidia. Pamplona, 1995.
·        SOLANO, Javier. El encierro de Pamplona. Caja Laboral – Elkar. Pamplona, 1995.