LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMIN 1919


         Las fiestas de este año llegaron precedidas, unos días antes, del fin de la guerra europea. En el ámbito local, y sin llegar a ser tan importante como el Tratado de Paz, la alcaldía no sacó ningún bando restrictivo, como había sucedido los dos años anteriores. La ciudad estaba más llena que nunca, calculándose que el día 6 de julio había de 6000 a 7000 forasteros que llenaban todos los lugares de hospedaje; el Hotel Maisonnave, además de llenar su establecimiento, organizó –con propaganda incluida- la distribución de forasteros entre numerosas casas particulares.

         A las doce del mediodía del día 6 se lanzaron chupinazos, acompañados de repique general de campanas. Seguidamente las bandas de músicas recorrieron las calles de la ciudad precedidas y seguidas de cientos de mozos, para quienes la borrasca que cayó a esa hora no fue impedimento para celebrar el inicio de las fiestas.
         Las vísperas asistieron, como acto, a su primera convocatoria realmente multitudinaria. Se hablaba de varios miles de personas concentradas en la Plaza Consistorial y calle adyacentes; el gentío apenas podía revolverse en la plazuela Consistorial y a lo largo de la calle Mayor (“Diario de Navarra”, 7 de julio).

         La procesión salió a las diez y media de la mañana del día 7. En el momento de salir la imagen de la iglesia de San Lorenzo las baterías militares, siguiendo una antigua tradición, saludaron al santo con el disparo de quince cañonazos. Esta hizo el recorrido tradicional: Paseo de la Taconera, San Antón, Zapatería, Calceteros, Plaza de Doña Blanca de Navarra, Mercaderes, Plaza Consistorial, San Saturnino y Mayor.
         Abría la marcha un piquete montado de la Guardia Civil, seguidos por los gremios con sus banderas, los de la Conciliación, Centro de Obreros, Asociación de San Luis, la Comunidad de Capuchinos y el clero parroquial y catedralicio. El Síndico del Ayuntamiento, don Ignacio Baleztena, llevaba la bandera de la ciudad, y las borlas los concejales Crisóstomo Beunza y Eustaquio Arizipar.
         La efigie, sobre andas de plata, iba precedida por una comitiva de exconcejales con alumbrado, dándole guardia de honor los gastadores del Regimiento América, al que también pertenecían la compañía, bandas y música que escoltaban la procesión. Detrás del santo marchaban el Deán de la Catedral con dos canónigos, seguidos del Gobernador Civil, el Gobernador Militar y el Alcalde de la ciudad, a quién seguía el resto de la corporación.
         La ceremonia, en San Lorenzo, fue presidida por el Obispo de la diócesis, Fr. José López de Mendoza.

         Por vez primera hicieron su aparición en las fiestas pamplonesas “Los Amigos del Arte”, constituidos como asociación en 1916. Otras rondallas que se vieron en las calles en aquellas fiestas fueron “Los de Ahora” y “Los de Siempre”, así como la juvenil “Banda de los Exploradores de España”.

         Las corridas de toros estuvieron protagonizadas por importantes figuras del momento: Malla, Gallito, Belmonte y Dominguín. Éste último estuvo a punto de descolgarse del cartel pamplonés a causa de una aparatosa cogida que tuvo en Santander.

         Completando el programa estuvieron los conciertos matinales, la feria de ganado, los paseos, fuegos artificiales, encierro, dianas..., destacando las Fiestas de Aviación que se celebraron en Ainzoain los día 13, 14 y 15, o el Gran Combate de Carneros, y apuesta de aizkolaris que hubo el día 13 en la Plaza de Toros.


PINCELADAS

Alcalde.- D. Francisco Javier Arraiza

Horario.- Encierro: 7 de la mañana.  Corrida de toros: 5’30 de la tarde.

Programas comerciales.- Además del programa oficial editado por el Ayuntamiento, este año se editaron un total de tres programas comerciales (con publicidad). El primero de ellos fue el editado por don Mariano Goñi, realizado en Barcelona en la casa de la Vda. de Luis Tasso; ostentaba en su portada un cuadro del joven pintor pamplonés señor Briñol. El segundo programa en aparecer, editado en los talleres locales del señor Coronas, fue editado por los señores Zaragüeta y Coronas. El último programa era el habitual del señor Saiz Calderón, periodista.

Orfeón Pamplonés.- Por vez primera en la historia de esta entidad musical el Orfeón Pamplonés no participó este año en las Fiestas de San Fermín. La razón no era otra que su próxima participación, a finales de mes, en un importante concurso que se iba a celebrar en Bilbao, organizado por la Asociación de la Prensa de la capital vizcaína; y no puede distraerse de su empresa, les justificaba “Diario de Navarra”.

Proselitismo protestante.- Antes de comenzar las fiestas la alcaldía clausuró una caseta instalada en el Paseo de Sarasate por vender libros que contienen doctrina protestante.

Reventa.- Durante la corrida de prueba se detectó una importante reventa de entradas. Hubo individuo que adquirió al punto de la mañana, en diferentes taquillas, un ciento de tendidos que luego los vendió a 6 y 7 pesetas, denunciaba un periódico local.

Manifestación.- Unos días antes de iniciarse las fiestas se firmaba en Europa el ansiado tratado de paz. Este hecho permitió a muchos franceses reencontrarse con las fiestas de San Fermín a las que, en buen número, habían dejado de acudir a causa de la guerra.
         El día 14 de julio, coincidiendo con el aniversario de la toma de la Bastilla, se organizó en París una gran Fiesta de la Paz. Para ese mismo día, y a la misma hora, la asociación “Los Amigos de Francia” convocaba en la Plaza del Castillo de Pamplona su particular Fiesta de la Paz. La prensa local dice que hubo gran concurrencia de público. Se elevaron globos grotescos, hubo música y traca valenciana.
         Los congregados formaron a las nueve de la noche una gran manifestación que, con una charanga, atravesó todo el Paseo de Sarasate, mientras se disparaban gran cantidad de cohetes, llegando hasta la Agencia Consular de Francia