LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1889

            La ciudad de Pamplona siempre ha tenido sus signos que nos van indicando la proximidad de las fiestas. Uno de ellos, en este año, fue la instalación al final de la calle Estafeta del Circo movible de don Bonifacio Labarta. La compañía circense que trajo para este año había pedido hacer su debut en Pamplona el 28 de junio, lo que obligó a adelantar la colocación de toda la estructura.
            El día 7 de julio salía procesionalmente el santo desde la iglesia de San Lorenzo a la vez que desde la Ciudadela eran disparadas en su honor las tradicionales salvas de artillería. Este detalle, así como el de acompañar un piquete militar a la imagen durante todo el recorrido de la procesión con el correspondiente acompañamiento musical, era premiado por el Ayuntamiento de Pamplona con la concesión de 240 entradas diarias en un trozo de tendido de la Plaza de Toros para que la tropa pudiese disfrutar de la corrida. Como cosa curiosa hay que destacar que el piquete que procesionalmente acompañaba al santo desde el mismo templo de San Lorenzo no podía, en ningún caso, entrar al templo, siendo su obligación esperarle en la puerta “que mira al Paseo de la Taconera”.
            Igualmente, las bandas de música militares, con el debido permiso del Gobernador Militar, eran quienes se ocupaban de tocar las dianas cada mañana sanferminera por las calles de la ciudad, así como de ambientar con su música los paseos y la Plaza de Toros.

            Una de las novedades de este año fue la celebración en la Plaza de Toros, a las nueve de la mañana del 8 de julio, del Concurso de Gaiteros y Tamborileros. El jurado estuvo compuesto por Mauricio García, Francisco Larrañaga y Joaquín Maya. Se hicieron 4000 entradas, de las que se vendieron 1636, a 0’25 pesetas cada una. En la modalidad de Gaiteros los tres primeros premios, y en este orden, fueron para Nicolás Virto (Pamplona), Demetrio Romano Vidaurre (Estella), y Laureano Recalde (Pamplona). Mientras que en la modalidad de Tamborileros los tres primeros fueron Bonifacio Cubas (Vergara), José Malcho Eliceche (Santesteban), y José Martín Sucunza (Leiza). Una de las curiosidades de este concurso es que una vez finalizadas las actuaciones musicales, y mientras el jurado deliberaba, el andarín francés Negué Marie Gabriel deleitó a los presentes con una carrera en el ruedo. En honor a la verdad hay que decir que los seis premiados fueron los únicos que se presentaron; tan sólo en la modalidad de Gaiteros hubo una cuarta persona que se había inscrito, Luis Iturmendi, pero no se presentó.

Por lo demás las corridas de toros se celebraron los días 7, 8, 9 y 10 de julio, a las que había que añadir la corrida de prueba, que se hizo en la mañana del día 9, a las nueve. Las ganaderías que acudieron este año a Pamplona fueron las de Lizaso Hermanos (Tudela, divisa blanca y verde), Viuda de Zalduendo (Caparroso, divisa encarnada y azul), Pedro Galo Elorz (Peralta, divisa amarilla), Conde de Espoz y Mina (Pamplona, divisa encarnada y verde), y Viuda de Díaz (Funes, divisa amarilla y encarnada). Esta última ganadería trajo toros que procedían del cruce con los de Miura.
Los diestros que se enfrentaron a todos estos toros fueron Fernando Gómez “El Gallo”, y Luis Mazzantini.
Y otra novedad fue, que por vez primera en muchos años, los fuegos artificiales no fueron de la pirotecnia pamplonesa de Berastegui, sino que en esta ocasión le fueron adjudicados a doña Patricia Cerrajería, viuda de Aguirre, de Vitoria. Se dispararon a las nueve de la noche del día 7, en la Plaza del Castillo.



Detalle del programa de fiestas


PINCELADAS

Alcalde.- José Obanos Isturiz

Horarios.- Encierro: 6 de la mañana; Corrida de toros: 4’30 de la tarde.

Un kilo de toro para 5 personas.- Una de las funciones del administrador de la Casa de Misericordia era la de facilitar al secretario del Ayuntamiento el número de kilogramos de carne de toro que necesitaban diariamente en el asilo para dar de comer a los internos. El cálculo había que hacerlo a razón de un kilo de carne para cada cinco personas. Estaba claro que las corridas de toros eran benéficas se mirase desde donde se mirase.
Los toros de este año sirvieron para dar de comer a los asilados de la Casa de Misericordia, a las Siervas de María, a los asilados de las Hermanitas de los Pobres, a los Capuchinos, a los presos de la Cárcel, a las Adoratrices, y al Asilo de Sirvientas.
Además de todo esto el Ayuntamiento de Pamplona dio un donativo de mil pesetas a la Junta Municipal de Beneficiencia para que los pobres tuviesen mejor comida durante las fiestas de San Fermín.

Suspensión de los conciertos.- La documentación y la información es escasa y escueta, pero muy clara. La Sociedad de Conciertos y Socorros Mútuos “Santa Cecilia”, en su Junta General celebrada el 31 de mayo de 1889, acordó entre otras cosas “suspender los Conciertos que como en años anteriores venía ejecutando por las Fiestas de San Fermín, Patrono de esta provincia”. Era la primera vez en varios años que el programa de fiestas de San Fermín no recogía la celebración de los conciertos.

Circuito para la carrera de Velocípedos.- Organizada por el Veloz Club Pamplonés se celebró en estas fiestas una carrera de velocípedos. El circuito era la propia Plaza del Castillo, “tomando por rasante del círculo exterior, la línea que une las farolas de arco voltaico, habiéndose tomado este acuerdo en vista de las dificultades que ofrece el poder arreglar una buena pista por la carretera existente en dicha Plaza, pues por efecto del adoquinado que contiene en diversos sitios patinan las ruedas de las máquinas, aún suponiendo se cubra con arena, por cuyo motivo en el año anterior tuvieron que servirse los corredores de los velocípedos de carretera, sin poder hacer uso de los de carrera, pues dada la velocidad que se adquiere, pudieran ocurrir desgracias que todos lamentaríamos; así mismo presenta otro inconveniente el que la pista se haga en la carretera, pues se obstruye la circulación de carruajes y caballerías precisamente en los días de las fiestas y en el punto más céntrico de la población”.
En esta carrera, que ya se había celebrado en años anteriores, llamaba la atención el alto índice de corredores extranjeros.