LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMIN 1916


         Por segundo año consecutivo la guerra europea influye de alguna manera en el normal desarrollo de las fiestas de San Fermín. Se repite la ausencia de extranjeros, con la excepción de una importante colonia de militares alemanes. Ciertamente los soldados germanos forman un grupo abundante, lo suficientemente abundante como para que “El Pensamiento Navarro” publique diariamente una sección escrita en alemán en la que aparece el parte de guerra y el programa festivo en Pamplona para ese día. Al finalizar las fiestas el periódico alemán “Deutsche Warte” dedicó un amplio reportaje a las fiestas de San Fermín.

         Dejando a un lado esta atípica situación, hay que destacar que las fiestas de este año arrastraron numerosas críticas por el comportamiento de algunos mozos; el día 6 un grupo de señoritos vociferó palabras malsonantes en la mismísima Plaza Consistorial; y en el traslado de las reses desde el Gas hasta los corrales del Portal de la Rochapea se crearon situaciones peligrosas al espantarse el ganado a causa de las gamberradas sonoras de algunos mozos.
         Finalizadas las fiestas un periodista de “El Pensamiento Navarro” hacía desde su tribuna una pública reflexión, a la vez que llamaba la atención sobre la transformación que estaban padeciendo los sanfermines, derivando en unas fiestas exóticas, carnavalescas y bacanales. Denunciaba, igualmente,  una curiosa situación que se estaba dando: (...) Desde hace algunos años hay gente que se escapa de Pamplona cuando llegan las fiestas... ¿porqué será?. Lo cierto era que cada vez se bebía más, ...que este año ha habido más ebrios que nunca, que se ha berreado más que nunca, y esto, no le demos más vueltas, auyenta a los de casa y retrae a los de fuera.
         Garcilaso, en “Diario de Navarra”, también dedicó algunos comentarios nostálgicos recordando lo que antaño eran los blusas blancas y lo que este año habían hecho algunos que vestían esta blusa durante las fiestas.
         Ambos periodistas coincidían en que los blusas blancas no debían desaparecer: ...deben volver a animar la ciudad en los días clásicos de nuestras fiestas con sus rondallas y sus cantares, y deben estar las tardes taurinas en el tendido soleado con sus grandes meriendas y su alegría.

         En el otro lado de la balanza es de justicia señalar que lo mejor de las fiestas fue la presencia y la actuación de la Banda Municipal de Madrid. Actuaron los días 10 y 11 en el Teatro Gayarre, el día 12 en la Plaza de Toros y el día 13 en la Plaza del Castillo. La banda madrileña estaba dirigida por el maestro Ricardo Villa, conocido en Pamplona por haber dirigido los conciertos matinales sanfermineros desde 1902 hasta 1908.
         Resultaba curioso observar cómo periódicos de profundas convicciones religiosas, como era el caso de “El Pensamiento Navarro”, dedicasen amplios espacios a determinados actos de nuestras fiestas, mientras que a la procesión la despachaban informativamente con esta escueta y graciosa crónica: La procesión del Santo Patrono y las misas celebradas en su capilla estuvieron muy solemnes. El paso de aquélla fue presenciado por muchos fieles, predominando el elemento aldeano.

         La feria taurina estuvo protagonizada por las ganaderías de don Félix Urcola, Herederos de Vicente Martínez, Hijos de Alaiza, Anastasio Martín y Concha-Sierra; interviniendo con mayor o menor acierto los diestros Pastor, Vázquez, Gaona, Ballesteros y Belmonte. Lo más destacable de la feria fue la magnífica estocada que Vicente Pastor colocó a su segundo toro en la corrida del día 7.

Año 1916.- Tendido de sombra en la Plaza de Toros

PINCELADAS

Alcalde.- D. Manuel Negrillos.

Horario.- Encierro: 6 de la mañana. Corrida de toros:  4’30 de la tarde.

Plaga de limpiabotas.- Era tal el número de limpiabotas que habían acudido a Pamplona –padecemos una horrible invasión de limpiabotas, informaba un periódico local-, que a los agentes municipales no les quedó más remedio que hacer limpieza, llevando a 22 de ellos fuera del término de Pamplona.

Festival acrobático.- El 12 de julio el célebre funambulista Blondín pasó por encima de una maroma en la Plaza del Castillo. Vestía traje rojo, con calzas doradas y un casco. Fueron cientos de personas las que acudieron a ver el espectáculo.

Lucha greco-romana.- El campeón del mundo de esta modalidad, el señor Petersen, tuvo la desafortunada idea de desafiar al luchador navarro Javier Ochoa, apostando que éste no era capaz de resistir 40 minutos sin ser vencido. Como era de esperar el navarro aceptó el reto, poniendo como única condición que el combate se celebrase en Pamplona. Así fue como el 9 de julio, a las once de la noche, el Euskal Jai acogió un a pelea histórica en la que Javier Ochoa ganó la apuesta.

Navarra en estado de guerra.- Increíble pero cierto. El mismo día 13 de julio, a falta tan sólo de que con la octava finalizasen, al día siguiente, la fiestas (las ferias acababan el día 18), el Gobernador Civil de Navarra decretaba el Estado de Guerra delegando todo el poder en la autoridad militar, justificando la decisión en la delicada situación que atravesaba el país a causa de la huelga de empleados y obreros ferroviarios de la Compañía del Norte. Esta medida afectó este mismo día a toda la región militar. La feria de ganado no se vio afectada.