LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1942

         Año tras año se repetía aquello de que este año han venido más forasteros que nunca, y éste no fue una excepción. La verdad es que resulta difícil comprobar hasta qué punto era cierto el hecho de que cada año se batiese el récord de asistencia; sin embargo a menudo encontramos referencias que nos ayudan a hacernos una idea de la cantidad de gente que acudía a nuestras fiestas; así pues, no faltaba el dato del señor de Zaragoza que organizaba un autobús para venir a Pamplona, y al final tenía que alquilar un tren para dejar contentos a todos los que se habían apuntado. Este año, concretamente el 3 de julio, la prensa donostiarra hacía un llamamiento a las autoridades de esa provincia para que se dispusiesen trenes especiales para traer gentes de Guipúzcoa a los sanfermines.

         El chupinazo era ya, pese a su juventud, un acto consolidado. Este año, media hora antes del mediodía del 6 de julio, la Plaza Consistorial se encontraba abarrotada de público que, impaciente, esperaba el inicio de las fiestas. Quien prendió la mecha fue, igual que las ocasiones anteriores, don Joaquín Ilundain, quien estrenó la modalidad de lanzar un sonoro “¡Viva San Fermín!” antes de prender la mecha. Tras el disparo del chupinazo salieron del edificio consistorial las músicas: primero salieron las bandas municipales de txistu y de gaitas; a continuación lo hicieron las bandas militares de Carros, la Divisionaria y la banda particular del maestro Bravo; finalmente salió La Pamplonesa, dirigida por el señor Cervantes.

         Las vísperas vinieron precedidas de la advertencia a los mozos de que se comportasen correctamente. “El Pensamiento Navarro”, bajo el significativo titular “A vísperas, pero... no nos pongamos pesados”, hacía un llamamiento el día 5 a las cuadrillas y a las peñas pamplonesas para que participasen en el ¡riau riau!, pero sin obstaculizar el paso de la comitiva municipal: ... procuren no taponar el paso durante tanto rato, como aconteció el año pasado, porque  llevar las cosas a aquél extremo, lejos de ser diversión, es aburrimiento. No hay cosa más distante de la gracia y del gracioso que caer en la desgracia del patoso, y nuestras fiestas nunca degeneraron en cosas de tan mal gusto..., indicaba este rotativo.

         Los actos religiosos estuvieron rodeados de la solemnidad acostumbrada..., las barracas ocupaban cada vez mayor espacio en los terrenos del viejo Ensanche..., la Feria de Ganado servía para hacer importantes transacciones, y para atraer a cientos de gitanos con los que la prensa local obtenía material sobrado para llenar todo el espacio que hiciese falta..., los gigantes, y su comparsa, hacían las delicias de los niños, de los ancianos, y de los que no eran ni una cosa ni la otra..., el popular charlatán León Salvador, con sus 71 años, ocupó su atalaya en la Plaza del Castillo para vender hojas de afeitar y todo lo que hiciese falta, y con este eran ya 52 los sanfermines a los que ininterrumpidamente venía acudiendo..., los encierros transcurrieron, afortunadamente, sin percances graves..., las cuadrillas, alegres y ruidosas..., conciertos... pelota... teatro... cine público..., estas eran nuestras fiestas.

         En la Plaza de Toros se lidiaron este año reses de las ganaderías de doña Carmen de Federico, de doña Concepción Concha y Sierra, don Félix Moreno Ardanuy, don José Escobar, hijos de don Andrés Sánchez, y la de don Joaquín Buendía Peña. El cartel de matadores que se hizo cargo de estos animales estuvo compuesto por Manuel Rodríguez Manolete, Manuel Alvarez Andaluz, Pedro Barrera, Pepe Mejías Bienvenida, Juan Belmonte (hijo), Pepe Luis Vázquez y Manuel Martín Vázquez.


PINCELADAS

Alcalde.- D. Juan Echandi

Horario.- Encierro: 7 de la mañana.  Corrida de toros: 6’30 de la tarde.

Chupinazo.- D. Joaquín Ilundain

Venta de programas.- Los programas oficiales de las fiestas, es decir, los editados por el Muy Ilustre Ayuntamiento de Pamplona, se vendían en la consigna de la Estación de Autobuses. Era éste el único punto de venta.

Banda Municipal de Gaiteros y Txistularis de Pamplona.-  Se estrenaron estas dos bandas el día 5 de julio. Su creación fue iniciativa de la Comisión de Fomento del Ayuntamiento de Pamplona, presidida entonces por don Segundo Peralta. La idea de crear estas dos bandas, y con carácter municipal, fue muy bien acogida por la ciudadanía y por la prensa, pues la gaita y el txistu eran dos instrumentos entrañables y queridos a los que las nuevas modas y las nuevas músicas iban marginando peligrosamente. Ni la gaita ni el chistu pueden perderse ni adscribirse a idea determinada; son de todos, y llevan en sus cadencias el alma popular, decía un periódico local.

“¡Ya conoces a Paquita!”.- El día 11 de julio, en el Teatro Gayarre, tuvo lugar un gran acontecimiento teatral. Se trataba del estreno en España de la comedia, en tres actos, “¡Ya conoces a Paquita!”, obra de Arniches.

Manolete en la Misericordia.- Coincidiendo con el día de la corrida benéfica (día 11), a beneficio de la Santa Casa de Misericordia, el afamado diestro Manuel Rodríguez, conocido popularmente como Manolete, tuvo el detalle de visitar  a los asilados de esta institución a los que entregó un generoso donativo.

Pobre de mí.-  Años atrás la Peña “Los de Siempre” creó, e instituyó, un festejo que daba comienzo poco antes de finalizar las fiestas; se trataba de la entonación procesional del pobre de mí, con aire fúnebre, en donde no faltaban las velas encendidas. La letra de esta marcha fúnebre fue evolucionando con el paso de los años; así pues, durante la República se cantaba: Pobre San Fermín (bis) / hoy a media noche / será tu fin; una letra esta que permitía diferentes interpretaciones. Es así como este año la prensa hizo un llamamiento para desterrar del ambiente festivo este acto fúnebre al que calificaban de irreverente, de carnavalada, o de mamarrachada, entre otras cosas. Esto no se puede consentir, y si alguien persistiese en divertirse de esa manera tan... de pompas fúnebres, no se le debe tolerar.