LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1984

         Para el día 3 ya estaban instalados los tenderetes sanfermineros en el Bosquecillo, en la Plaza de San Nicolás, y en el Paseo de Sarasate. Precisamente, en este último, entre los trece que había el más veterano era el de Donan Pher (Fernando Velázquez), conocido popularmente como el emperador del bolígrafo, y que era fiel a la cita sanferminera desde 1944.
         El día 5 salió a la calle en toda España un sello de correos, de 17 pesetas, en el que se reproducía una imagen apaisada del encierro pamplonés. De este sello, diseñado por Alejandro Millán, se hicieron cinco millones de ejemplares. El escándalo vino cuando se comprobó que el dibujo reproducía motivos y detalles del cartel de fiestas de 1954, obra del pintor pamplonés Lozano de Sotés. Todo un plagio se consideró entonces; hoy no habría pasado de ser una libre interpretación.

         En estas fiestas se conmemoraba tambien el 125 aniversario de la Comparsa de Gigantes, obra de Tadeo Amorena, que salieron por vez primera en 1860. La efeméride no pudo estar más accidentada para nuestras figuras. De hecho, el día 7 tuvo que ser retirado de la procesión de San Fermín el rey asiático a causa de una rotura en sus bastidores; la avería pudo ser reparada rápidamente, permitiéndole llegar a tiempo para el baile final en honor al santo. Pero lo peor sucedió en la mañana del día 9 en la calle Descalzos, cuando los portadores de la comparsa almorzaban en un bar de esta calle mientras las figuras descansaban a la sombra; un individuo entendió que era la oportunidad de su vida, y no tuvo mejor idea que meterse dentro del rey europeo y tratar de levantarlo. Su inexperiencia en estos menesteres provocó la caida estrepitosa del gigante, sufriendo la figura roturas en los hombros, la cabeza se agrietó desde el cuello hasta el bigote por la mandíbula, y sufrió abolladuras y descascarillados en la nariz y en el entrecejo.

         Los encierros de este año también tuvieron su cosa. El primero de ellos, provocando la lógica expectación y preocupación, salió con siete minutos de retraso, y todo ello a causa de un tapón humano en la calle Estafeta, que hizo entender a las autoridades que el recorrido no estaba dispuesto todavía para soltar las reses. Fue prudente y necesario este retraso.
         El encierro del día 8 trajo consigo la caida de una marquesina de la COTUP en la calle Duque de Ahumada por exceso de peso, recordándonos, con un saldo de cuatro heridos leves, dos coches con desperfectos, y decenas de personas asustadas, que no habia sido diseñada para ser utilizada como tribuna, sino para otros menesteres.
         En el del día 10 el toro “Rehilera” provocó dos sustos monumentales en la calle Estafeta; en el primero de ellos dejó herido de gravedad al británico David Crowthop; y en el segundo, a la altura de Casa Flores, le abrió la femoral al norteamericano Stephen Townsend, a quien la certera y rápida intervención de los servicios de urgencias del Hospital de Navarra salvaron la vida in extremis.
         También, por vez primera en la historia del encierro txiki, uno de los corredores tuvo que ser asistido en el Hospital; se trataba de Oscar Izco Andueza, de 14 años, que sufrió una fuerte contusión en el ojo derecho tras ser golpeado por uno de los becerros.

         La nota desagradable de las fiestas fue la suspensión del riau-riau. La decisión se tomó a las seis y media de la tarde, después de dos horas de intentar sacarlo adelante. El motivo de esta decisión estaba en la presencia organizada de un grupo de jovenes radicales en la misma puerta del zaguán consistorial coreando gritos a favor de la amnistía, impidiendo con sus empujones salir al cortejo, e incluso intentando penetrar en el edificio.

         Quien proseguía imperturbable su presencia en la larga historia de las fiestas de Pamplona era la feria taurina. En la consolidada novillada del día 6 se enfrentaron a las reses de Cebada Gago los novilleros Lucio Sandín, Diego del Real y Emilio Oliva.
         La noticia estuvo en la caida del cartel, el mismísimo día 5, de la ganadería de Julio Aguirre, rechazada ese día por Luis Roldán, delegado del Gobierno, al encontrar “evidente manipulación del hierro de la ganadería y de la numeración de dos de los toros”; un tercer toro de esta ganadería contó, además, con el rechazo veterinario. Este hecho obligó a desplazar el orden de las ganaderías. Fue la de Osborne la que, a última hora, se tuvo que incorporar al cartel.
         Además de ésta, estuvieron presentes las de Pablo Romero, Guardiola Fantoni, Alonso Moreno, Fermín Bohórquez, Marqués de Domecq, Martínez Uranga hermanos, y Eduardo Miura. Y frente a ellas estuvieron los diestros Dámaso González, José Luis Palomar, “El Bayas”, Francisco Ruiz Miguel, Tomás Campuzano, Antonio Ruiz “Espartaco”, José Antonio Campuzano, Vicente Ruiz “El Soro”, José Cubero “Yiyo”, Víctor Méndez, Antonio Chenel “Antoñete”, “El Niño de la Capea”, Curro Durán, José Mª Manzanares y Emilio Muñoz.




PINCELADAS


Alcalde.- D. Julián Balduz

Horario.- Encierro: 8 de la mañana. Corrida de toros: 6’30 de la tarde.

Chupinazo.- D. Juan Cruz Alli

Reposteros nuevos.- La fachada consistorial extrenó en estas fiestas seis nuevos reposteros, obra de la modista Mª Dolores Garde, de Mélida, quien invirtió en esta artística labor algo más de 700 horas.

Blusas y banderas.- A Pamplona le ha tocado en suerte abrir el ciclo festivo veraniego en una tierra en la que por razones políticas todo se cuestiona, y lo que en sanfermines se haga marca ya la pauta para otras localidades. Especialmente en el tema de las banderas.
         Así pues, el día 6, durante el chupinazo la concejala regionalista Mercedes Labayen arrebató en el balcón consistorial a un mozo una blusa verde creyendo que era una ikurriña  que éste se disponía a desplegar. A su vez, y en ese mismo acto, los concejales de Herri Batasuna exhibieron en uno de los balcones de la fachada una ikurriña durante 20 minutos. Arriba colgaban las de Pamplona, Navarra y España.
         Días después, a las cuatro de la tarde, fue quemada en la Plaza del Castillo la bandera española que ondeaba en los balcones del Nuevo Casino; el fuego se extendió también al toldo del Café Iruña. Tan sólo dos días más tarde, a la hora del encierro, era la ikurriña que ondeaba en la sede del P.N.V., en la Plaza del Castillo, la que se consumía a consecuencia de unas llamas intencionadas.

Ambiente navideño en la Plaza de Toros.- Durante la corrida del día 12 aparecieron en los tendidos dos individuos disfrazados de Melchor y Gaspar. A estos dos reyes magos se sumó enseguida un papá nöel.

Txaro Pardo, presidenta de la Peña La Única.- Quien hubiese pensado años atrás que una mujer iba a llegar a engrosar en Pamplona las filas de una de sus peñas sanfermineras. Absolutamente nadie. Esto, sin embargo, no sólo se hizo realidad, sino que en el caso de la Peña La Única, una fémina llegó a alcanzar la presidencia de la peña. Se llamaba Txaro Pardo.
         Y para completar esta continua evolución social de los sanfermines añadiré, para quien no lo sepa, que poco después Txaro Pardo presidió durante varios años la Comisión de Peñas de Pamplona.

Desfile de personalidades.- Entre la gente conocida que pasó este año por los sanfermines estaban Javier Moscoso (Ministro de la Presidencia), Enrique Barón (Ministro de Transportes y Comunicaciones), Carlos Solchaga (Ministro de Industria), Baltasar Aymerich (subsecretario de Obras Públicas), Yuri Dubinin (embajador de la URSS), Thomas Enders (embajador de Estados Unidos), y Margaux Hemingway (nieta del novelista).

Bibliografía.-
·        ARAZURI, José Joaquín. Historia de los Sanfermines. II.  283 páginas. Pamplona, 1984.
·        COMPARSA DE GIGANTES Y CABEZUDOS DE PAMPLONA. Los gigantes de Pamplona. 194 páginas. Caja de Ahorros Municipal de Pamplona – Ayuntamiento de Pamplona. 1984.
·        LEIMROTH, Carol – FERRELL STEVENS, Susana.-Pe ak experience at the San Fermín. 92 páginas. Caislan Press. San José (California – USA), 1984.