LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1989

         Una de las novedades de este año fue la acertada recuperación de una vieja tradición sanferminera, que era la iluminación especial de la Plaza del Castillo y del Paseo de Sarasate. Esta nueva iluminación, bajo los acordes de “La Pamplonesa”, fue inaugurada el día 1 de julio, fecha esta en la que se encendieron las 20.000 bombillas instaladas en estos dos espacios, y los 50 proyectores que iluminaban las torres de San Cernin. Esta iluminación extra se encendió todos los días, de 10 de la noche a 1 de la madrugada.
         Se recuperaba así una costumbre que tuvo su origen en 1876. En aquella lejana ocasión la Plaza de la Constitución (Plaza del Castillo) fue iluminada durante las fiestas con faroles de papel de colores.

         Otra novedad de este año fue la modificación del horario del encierrillo (traslado de los toros desde los corrales del Gas, en la Rochapea, hasta los de Santo Domingo, la víspera de ser lidiados). Este año se celebró a las 11 de la noche, en lugar de a las 10 que venía haciéndose en los últimos años. Este retraso se hizo con el fin de recuperar para este entrañable acto su carácter nocturno y silencioso.

         Por lo demás, lo más destacable era el esfuerzo que se había hecho este año por tratar de salvar el riau riau. Reuniones, acuerdos, pegatinas, convocatorias, panfletadas, comunicados... culminado todo ello con un llamamiento del Ayuntamiento de Pamplona a todos los ciudadanos para que participasen en todos los actos oficiales del programa, de manera muy especial en el riau riau.
         El esfuerzo fue titánico; la presencia de miles de pamploneses en el riau riau fue espectacular. Sin embargo todo fue inútil. De nuevo pudo más la acción de los reventadores.
         El riau riau tuvo que ser suspendido por las razones de siempre, en medio de serios enfrentamientos entre mozos partidarios del acto y reventadores radicales, y en medio también del clamor popular que gritaba sin cesar ¡San Fermín! ¡San Fermín! ¡San Fermín!.
         Pese al nuevo fracaso el alcalde agradeció el apoyo popular y destacó el ánimo de los corporativos que hicieron lo humanamente posible por intentar abrirse paso.

         La ciudadanía respondió al día siguiente con una presencia multitudinaria en la procesión de San Fermín, en donde se desquitaron con contínuos ¡vivas! al santo. Será difícil que vuelva a repetirse una procesión como la de este año. Cinco horas de ininterrumpidos aplausos.

         La novillada del día 6 contó con la presencia y participación de Julio Aparicio, Sergio Sánchez, y Enrique Ponce, que despacharon seis reses de Ortega Sánchez.
         El resto de las ganaderías que estuvieron en la Feria del Toro fueron las de Celestino Cuadri, Joaquin Manuel Murteira Grave, Pablo Romero, Salvador Guardiola Fantoni, Marqués de Domecq, José Cebada Gago, Hdros. de Baltasar Iban, y la de Eduardo Miura.
         Frente a estas reses estuvieron los diestros José Luis Parada (que sólo toreó el día 7, pues el 11 tuvo que ser sustituido por Ruiz Miguel), Roberto Domínguez, Fernando Lozano, Francisco Ruiz Miguel, Tomás Campuzano, Manuel Ruiz “Manili”, Pedro Castillo, Antonio Ruiz “Espartaco”, Julio Robles, Rafael Perea “Boni”, Fernando Cepeda, Miguel Báez “Litri”, “Nimeño II”, Emilio Oliva, “Morenito de Maracay”, José Ortega Cano, y Víctor Méndez.
         Lo más destacable de esta feria fue la 6ª corrida, en la que el balance fue el siguiente: Espartaco (3 orejas), Ortega Cano (2 orejas), y Litri (2 cornadas de pronóstico grave).

         Los encierros se saldaron también con un balance de 5 heridos por asta de toro: Luis Antonio Sánchez Becerro (día 8),  Miguel Martín Moviaño y Koldo Tollar (día 10), y José Ignacio Munuce y Héctor Munarriz (día 12).

         Culminaron las fiestas con la celebración de la Octava en honor a San Fermín, que este año celebraba su tricentenario. Tras el “Pobre de mí” las fiestas se prolongaron con el castizo acto que en la Plaza del Consejo convoca en los últimos años a cientos de pamplonicas que cantan al santo bajo la graciosa dirección (graciosa, pero propia de un maestro) de el Guti, quien batuta en mano dirige las voces desde la fuente de Neptuno.




PINCELADAS


Alcalde.- D. Javier Chourraut

Horario.- Encierro: 8 de la mañana.  Corrida de toros: 6’30 de la tarde.

Chupinazo.- D. Elías Antón

Javier Iturbe, más que contento.- Al concejal socialista Javier Iturbe le tocó presidir la corrida del día 9. Este edil, que –según “Diario de Navarra”- a juzgar por las apariencias se hallaba tocado por el don jaranero de la ebriedad sanferminera, se lo pasó francamente bien. Lo mismo echaba besos al público, que recriminaba ostensiblemente con gestos a los banderilleros cuando lo hacían mal. Concluida la lidia del tercer toro el peculiar presidente se ausentó del palco, siendo necesario que el veterinario asesor, Pedro Garatea, fuese a buscarle para que volviese a su puesto.

El Delegado del Gobierno no pudo ver el encierro.-  Don Jesús García Villoslada, Delegado del Gobierno, marchó el día 7 con sus amigos a la calle Estafeta para ver el encierro desde los locales de la agencia Efe. La sorpresa vino cuando al llegar a esta calle el policía municipal que estaba de guardia le cortó el paso, a la vez que le explicaba que no se podía andar por la calle Estafeta después de haber sido despejada por los agentes, y que precisamente, el hecho de ser una autoridad le obligaba a no dar mal ejemplo.
         Ante tan contundente explicación, a la que no cabía réplica alguna, el Delegado, de buen grado, se fue a otro lugar.

Dos orejas a la vez.- Tan brillante fue la actuación de Julio Robles el día 11, que la presidenta de la corrida, Mª Teresa Gracia, tuvo a bien conceder las dos orejas, mostrando los dos pañuelos simultáneamente, sin necesidad de que el público se lo pidiese.
         La concejala tuvo también el buen gusto de adornar el balconcillo de la presidencia con un bonito mantón de Manila.

Gigantes infantiles.- Acompañando a la comparsa de Gigantes y Cabezudos pudo verse este año a dos gigantes que no eran tales. Se trataba de la reproducción en pequeño de los dos reyes europeos. Pesaba cada uno de ellos 12 kilos, y estaban hechos por el carpintero pamplonés Emilio Itoiz para que fuesen bailados por sus nietos.

Tour de Francia con sabor sanferminero.- Durante la etapa del día 7 los corredores ciclistas del equipo Reynolds lucieron en su cuello el pañuelo rojo.
         El día 10 el villavés Miguel Indurain ganó la etapa colocándose el octavo en la clasificación general. Se preguntaba la prensa francesa si Indurain sería el ganador del próximo Tour. ¡No sabían los galos lo que les esperaba!.