LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMIÍN 1903

         Los sanfermines de este año son unas fiestas con varias novedades.
         La más importante, por lo menos desde el punto de vista afectivo, era, sin duda, la presencia del Monumento a los Fueros; monumento éste que no pudo llegar a acabarse para esos días, si bien ya entonces se encontraba muy avanzado; el mismo día 5 los empleados municipales procedieron a talar un gran olmo que se encontraba entre el estanque y el monumento con el fin de que éste se pudiese ver mucho mejor.
         Por otro lado estaba el Teatro Principal y el Paseo de Valencia, quienes desde el 16 de mayo habían sustituido sus nombres por los de Teatro Gayarre y Paseo de Sarasate, concediendo así la ciudad a ambos artistas un espacio mucho más digno que las dos pequeñas calles que hasta entonces tenían dedicadas (actualmente calle Alhóndiga y calle del Vínculo respectivamente).
         Otra novedad importante fue el estreno de la nueva fachada de la iglesia de San Lorenzo, cuyas obras finalizaron el mismo día 6 con la colocación del reloj y la de las puertas de acceso al templo.

         Pero vayamos a lo que son las fiestas propiamente. A la hora de describirlas, y para que el lector lo perciba mejor, lo mejor es transcribir un artículo escrito por un navarro irusheme que vivía en Santander, y que fue publicado en La Atalaya y en El Pensamiento Navarro. La transcripción es parcial y por temas.
         SARIO.- “...En el centro de un extenso prado, a la derecha de la carretera de Pamplona a Zaragoza, se levantan las tapias de un corral: es el Sario. En su derredor pastan los toros que se han de lidiar en las corridas; junto a los toros, lo más cerca posible, inmenso concurso de gentes... ¿Navarro y no ir al Sario materialmente o con el espíritu a echárselas de bravo junto a los bichos?, ¡imposible!...”
         AMBIENTE DE CALLE.- “...Pero ya la noche avanza; ya los focos eléctricos de Pamplona están encendidos; por la polvorienta carretera que viene del Sario regresa la multitud; en la gran Plaza del Castillo suenan los acordes de la música y giran las ruedas de los fuegos de artificio; (...) a lo largo del Paseo de Valencia, y a su izquierda, están emplazadas las airosas casetas de la feria; más allá, ya en la zona del Ensanche, las barracas de los espectáculos; un poco más lejos, llena el aire el acre color del aceite quemado en las churrerías...
         (...) Después, la procesión solemnísima; el paseo en la calle de la Estafeta, donde el cuerpo se pavonea y los ojos no se sacian de contemplar bellezas; el baile popular en la Plaza del Castillo a los acordes del “chum-chum” y donde las frescas muchachas no dan paz a los pies; la corrida animada, enloquecedora, con un sello especialísimo; los fuegos artificiales; más baile; la música que toca sin cesar... Y así cinco días, ...cinco días de agitación, de emociones fuertes, ora estéticas, por el mágico stradivarius del incomparado virtuoso; ora de espanto, para el que no sabe lo que es lanzarse a una carrera desenfrenada delante de los toros; ora placenteras, ante una buena música; ora arrobadoras, oyendo cantar al Orfeón y tocar a la Santa Cecilia...
         ENCIERRO.-  “A las seis estallará el cohete desde el baluarte de la Rochapea donde siete toros, en compañía de los respetables mansos, aguardan el momento de que les den suelta. Desde la esquina de la plaza Consistorial atisbamos la salida. ¡Ya vienen!, ¡ya están ahí, subiendo como una tromba la pendiente de la cuesta del hospital y la calle de Santo Domingo!. A apretarse bien las cintas de las alpargatas, y a correr... a correr, poniendo a prueba la resistencia de los pulmones y de las piernas, porque el caso es entrar en la plaza casi en la misma cuerna de los bichos. ¡Y los bichos corren tanto!.


PINCELADAS

Alcalde.- D. Joaquín Viñas.

Horarios.- Encierro: 6 de la mañana. Corrida de toros: 4’30 de la tarde.

Kermesse.- Era algo así como una tómbola con fines benéficos. Este año se colocó una en los jardines de la Taconera, en beneficio de la Casa de la Misericordia, que estuvo abierta los días 11, 12, 17, 18 y 19. Frente a la guerra de cifras que ofrecieron los medios de comunicación sobre la cantidad recaudada diremos que la cifra oficial fue de  34.393 pesetas con 85 céntimos.

Túnel eléctrico.- Se colocó en la Plaza del Castillo paralelo a la casa del Iruña, iluminándose por las noches y gozando su interior de gran animación.

Caballos muertos.- Causó gran malestar, desagrado y nauseas el espectáculo que brindó un carro descapotable que pasó por el Paseo de Sarasate cargado con los caballos que la tarde anterior murieron en la corrida, que fueron nada menos que catorce.

Gigantes.- La comparsa no gozaba de buena salud. El día 10 dos de los reyes perdieron los brazos derechos. Tan viejos son los gigantes que por todas partes van dejando piltrafas de “carne”, escribía un cronista

Reventa.- La prensa local denunciaba que por vez primera se habían detectado individuos que se habían dedicado a la reventa de billetes para las corridas de toros. Eso nunca había ocurrido en Pamplona, y es preciso que no se repita. Todo parece indicar que se había llegado a pedir 4’50 pesetas por entradas cuyo precio oficial era de 2’75 pesetas.

Ayuntamientos de Zaragoza y Vitoria.-  Desde Zaragoza se desplazaron cuatro concejales con el fin de representar a la capital aragonesa en las fiestas de Pamplona; participaron en la procesión y estuvieron presentes en las corridas de toros. Por otro lado, desde Vitoria vino a las fiestas su alcalde con dos concejales; traían la misión de promocionar sus fiestas entre los pamplonicas.

Sarasate.- El internacional violinista llegó a Pamplona el día 2 y se marchó el día 14. Con motivo de su llegada esa noche hubo en la Plaza del Castillo gran animación y música hasta la media noche. Don Pablo, desde 1888 se alojaba en el Hotel La Perla.