LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1976

         Lo que cien años antes era un sencillo acto, hecho con nocturnidad y alevosía para evitar problemas, de encerrar a los toros en los corrales de la Plaza de Toros trasladándolos por la calle desde los corrales en los que habían sido depositados, se había convertido ahora en un acto emblemático de las fiestas de San Fermín, con una gran participación popular –hasta el extremo de verse peligrosamente masificado-, y con una repercusión a nivel internacional que antaño hubiese sido impensable.
         A lo largo del siglo XX el encierro ha ido forjando su propia historia, con capítulos trágicos y con capítulos cómicos; y este año de 1976 puso su granito de arena en esta singular historia aportándole a este acto un encierro singular, el del día 12. Y fue singular por dos razones. En primer lugar hay que destacar que se celebró el encierro con toros pertenecientes a dos ganaderías diferentes (5 de Ramón Sánchez y 1 de Hdros. de Manuel Arranz), originado esto por el hecho de que a la ganadería correspondiente a ese día (Arranz) le fueron desechados la mayor parte de sus efectivos. Y en segundo lugar, el encierro de este día tuvo la particularidad de durar nada menos que 16 minutos, saldándose con treinta heridos, dos de ellos de gravedad. Uno de los heridos, Luis Miguel Goñi Echevez, estuvo especialmente grave después del golpe que le propinó un cabestro en la calle Estafeta. Entre el resto de los heridos figuraban también dos dobladores: Antonio Robles “El Sevilla” (conmoción por traumatismo abdominal), y Jesús Gracia (herida por asta de toro, pronóstico grave).
         Otro encierro curioso fue el del día 8, que quedó definido en los titulares de la prensa como “El encierro de las mujeres”,  pues llegaron a verse, al menos, tres féminas entre los corredores que pasaron por la Plaza Consistorial, y otras dos en el tramo de Estafeta.

         Además de estos sustos que periódicamente nos ofrece un acto tan arriesgado como es el encierro, las fiestas de este año –desde el punto de vista exclusivamente festivo- no ofrecieron mayores novedades.
         El chupinazo se lanzó ante un mar de paraguas en medio de una mañana, y de una jornada, excesivamente lluviosa.
         La lluvia fue también la causante de que los gigantes y cabezudos no saliesen todo lo que los niños querían, condicionando ésta una parte del programa previsto.
         Los clubs de la ciudad también se esforzaron en ofrecer a sus socios verbenas de calidad; sirvan como ejemplo las que actuaron en el Club Larraina (Iva Zanicchi, Juan Pardo, Mocedades, Manolo Otero, Orquesta Maravella, Los Comodines, Los Guaranys, Banda de Txistularis de Iruña, Silvestre Almándoz, y el Grupo Ortzadar), o en el Club Natación (Los Chichos, Los Puntos, Patxi Andión, Lolita, Rumba Brava, Mochi, Miguel Acebes Mejías, Camilo Sesto, y Nubes Grises). Al Teatro Gayarre acudió, como ya era tradición, la compañía teatral de Paco Martínez Soria con la obra “¡Guárdame el secreto, Lucas!”.
         Y para que nada faltase, bajo la presidencia de José Pascual, la Peña Irrintzi celebró este año sus bodas de plata con un apretado programa festivo. Fue July Vegas Montes la señorita a la que tocó desempeñar el papel de madrina de esta peña durante esta efeméride.
         Lo mejor fue la Feria del Toro, que este año, salvo algunas excepciones, ofreció espectáculo, arte y calidad. Por ella pasaron toreros como Manolo Cortés, Dámaso González, Antonio José Galán, Manzanares, Francisco Ruiz Miguel, Raúl Aranda, Francisco Nuñez “Currillo”, Jorge Herrera, “El Niño de la Capea”, Paco Alcalde, Joaquín Bernado, Miguel Márquez, “El Regio”, Santiago Martín “El Viti”, y Angel Teruel.
         Las ganaderías que estuvieron presentes en esta Feria fueron las de Hdros. de Pablo Romero, Hijos de Pablo Martínez Elizondo, Torrestrella, Ramón Sánchez / Hdros. de Manuel Arranz, Osborne, Guardiola Soto, Hdros. de Benítez Cubero, y la de Tulio e Isaías Vázquez.
         Esta Feria se complementó con la novillada del día 6 en la que a las reses de Diego Puerta se enfrentaron los novilleros Antonio Rubio “Macandro”, Juan Ramos, y “Nimeño II”.
         La anécdota de la Feria la puso “El Niño de la Capea” quien en los días previos a su participación en la corrida del día 12, y por el hecho de que esta iba a ser televisada, tuvo que enfrentarse a los rumores de que él se negaba a lidiar ninguna res ante las cámaras de televisión salvo que los honorarios por ello fuesen especialmente atractivos. Estos rumores fueron desmentidos por el propio protagonista, quien, para que no quedase duda alguna, después de la corrida televisada regaló a las peñas de pamplona el cheque de 275.000 pesetas que le habían entregado a él para pagarle los honorarios televisivos que le correspondían.





PINCELADAS


Alcalde.- D. Francisco Javier Erice

Horario.- Encierro: 8 de la mañana. Corrida de toros: 6’30 de la tarde.

Chupinazo.- D. Joaquín Sáez

La transición política y su repercusión en los sanfermines.- No se puede desligar de la fiesta, ni se debe de omitir, aquello que para bien o para mal pasa a formar parte de su propia historia.
         La muerte del General Franco y todo el proceso de transición política que se inicia a partir de entonces, se cruzaron con la historia y con la tradición de nuestras fiestas, dejando una huella importante a la que hay que aludir.
         Las fiestas de 1976 vinieron precedidas de la dimisión en Madrid, el último día de junio, del presidente del Gobierno don Carlos Arias Navarro. El mismo día 5 juraba su cargo el nuevo presidente don Adolfo Suarez. Mientras este último ponía su mano sobre los Evangelios, en Pamplona varios miles de personas participaban en el Pabellón Anaitasuna en un acto pro amnistía que contó, entre otros oradores, con personajes como Victor Manuel Arbeloa (este figuraba como el organizador), Gabriel Urralburu, Mariano Zufía, etc.
         Por vez primera cabía hablar en Pamplona de una corporación de corte democrático bajo la presidencia del señor Erice Cano. Este alcalde dio la campanada, muy criticada por una parte de la ciudadanía, al negarse a presidir la corrida del día 7; hacía al menos sesenta años que un alcalde no presidía la corrida en honor a San Fermín. Y por si esto no fuera suficiente, el señor Erice tampoco quiso vestir el frac ni la chistera durante los actos religiosos.  Los mismos mozos criticaron esta decisión durante el riau-riau dirigiéndole insistentes gritos de ¡chistera!, ¡chistera!, ¡chistera!.
         El ambiente se caldeó con la quema de varias banderas españolas en la Plaza del Castillo, arrancadas de las colgaduras que se colocaban en esta plaza. Durante el riau-riau –que duró cuatro horas- se corearon numerosas consignas a favor de la amnistía y de la libertad, llegando a verse en el recorrido hasta tres ikurriñas estratégicamente colocadas que llegaron a ser arrancadas por algunos mozos. Por la calle Mayor desfiló delante de la corporación un grupo de jóvenes con una pancarta roja firmada por LCR – ETA VIª en la que se reclamaba Amnistía total para los presos políticos.
         La muerte de un manifestante en Santurce (Vizcaya) originó en Pamplona, a las dos de la tarde del día 11, la celebración de una manifestación, en la que participaron varios miles de personas, que partió de la Plaza del Castillo. Al llegar a la Plaza del General Mola la marcha fue disuelta por efectivos de la Policía Armada con el resultado de un herido y ocho detenidos.
         Esa misma tarde se exhibió una ikurriña en la Plaza de Toros provocando el consiguiente abucheo entre la mayoría de los asistentes.

Bibliografía.-
·        LARRIÓN, José Luis. Coplas de San Fermín. Pamplona, 1976.