LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1972

          Se cumplían este año las bodas de oro de la Plaza de Toros de Pamplona. Habían transcurrido ya cincuenta años desde aquél lejano 7 de julio de 1922, fecha de su inauguración. Desde entonces hasta ahora el coso pamplonés sufrió una reforma en el año 1967, merced a la cual pasó de tener 12.500 localidades a tener 19.500, lo que le convertía en la segunda plaza con mayor aforo en España.
         Si aquél famoso 7 de julio, medio siglo atrás, pasó a la historia por el tapón que se formó en el callejón de la plaza durante el encierro, el 7 de julio de este año, como si de una conmemoración de aquél suceso se tratase, un nuevo montón volvió a formarse en el callejón de la plaza al entrar los corredores; el hecho en sí, no habiendo desgracias que lamentar, no tendría por qué tener mayor trascendencia, pero lo que esa mañana sucedió convirtió a este encierro en el primer encierro al revés que se conoce en la historia sanferminera. Así pues, lo que sucedió es que al coso pamplonés sólo entraron los mansos que abrían la carrera, mientras que los seis toros, abrumados por el tapón humano que se había formado en el callejón, optaron por dar media vuelta y reiniciar una nueva carrera, esta vez en sentido contrario. Como se puede imaginar el lector los sustos fueron incontables, ¿quién se iba a esperar que los toros regresasen Estafeta hacia abajo?. Afortunadamente, en el ángulo que forman la calle Estafeta y la calle Mercaderes se cerró el paso a la manada con un vallado-puerta, obligando a los morlacos a regresar a la Plaza de Toros.
         Dentro de este popular y emblemático acto sanferminero, y al margen del mencionado incidente, este año no hubo que lamentar heridos de gravedad. La carrera del día 10 fue presenciada en directo por el Ministro de la Gobernación, el tradicionalista don Tomás Garicano Goñi. El encierro del día 12 –como la corrida del 11- fue televisado en directo para toda la nación. Y en el encierro del 13 fue necesario que los dobladores se empleasen a fondo para hacer pasar a los toros por la puerta de toriles; tal fue la labor meritoria  de los dobladores en este empeño que, una vez conseguido el objetivo, los mozos saltaron al ruedo para pasear a hombros al doblador Jesús Gracia.
  
         Por lo demás, las fiestas no se diferenciaron mucho de ediciones anteriores. El chupinazo batía récords, año tras año, de masificación; sirva como referencia que este año, a las doce del 6 de julio, el público llenaba la Plaza Consistorial, Mercaderes, Calceteros, los primeros tramos de Zapatería, Nueva y San Saturnino, parte de la calle Chapitela, e incluso había ya quien se colocaba en la Plaza del Castillo. Todavía se repicaban las campanas de las iglesias y de los conventos del casco antiguo a la hora del chupinazo, costumbre esta muy arraigada durante todo el siglo –prohibida durante algunos años de la época republicana-.
         También la procesión batía récords de asistencia, muy lejos todavía de lo que habría de conocerse unas décadas después.

         La Feria del Toro contó con ocho corridas (del 7 al 14  de Julio), una novillada picada (a las once de la mañana del día 9) y una corrida de rejones (día 15). Las ganaderías que nos visitaron, muchas de ellas con gran solera, fueron las de Antonio Martínez Elizondo, Herederos de Pablo Romero, Carlos Urquijo de Federico, Eduardo Miura Fernández, Herederos de Manuel Arranz, Herederos del Conde de la Corte, Samuel Flores y Cesar Moreno Erro.
         Los diestros que se atrevieron con estas ganaderías, después de caerse del cartel Palomo Linares, fueron: Diego Puerta, Paco Camino, Andrés Vázquez, Francisco Rivera, Miguel Márquez, Gabriel de la Casa, Manolo Cortés, Dámaso González, José Luis Parada, El Niño de la Capea, Marcelino, y Raúl Aranda.
         A causa de sendas cogidas, el día 7 los diestros Palomo Linares y El Niño de la Capea fueron sustituidos por Miguel Márquez y por Raúl Aranda. Y el día 13 Dámaso González sustituyó a Palomo Linares, ocasión ésta que no desperdició el sustituto para erigirse como triunfador de la Feria, pues a sus trofeos anteriores esta tarde añadió cuatro orejas y un rabo.
         Fuera de abono se celebró en la mañana del 9 la gran novillada picada, en la que los toreros afincados en Navarra, Manolo Rubio y Manolo de los Reyes, se enfrentaron a cuatro novillos-toros de la ganadería de los Hermanos Beca Belmonte.
         Y cerrando la Feria, el día 15, los rejoneadores Angel Peralta, Rafael Peralta, Álvaro Domecq, y José Samule Lupi –los mejores del momento-, se las vieron con las reses de Salvador Guardiola Fantoni.




PINCELADAS


Alcalde.- D. Javier Rouzaut (Alcalde accidental)

Horario.- Encierro: 7 de la mañana; corrida de toros: 5’30 de la tarde

Chupinazo.- D. Joaquín Sáez

Primer vuelo de Madrid a Pamplona.- En la mañana del 6 de julio el aeropuerto de Noain asistió a la llegada del primer vuelo Madrid – Pamplona, un avión de la compañía Aviaco con 31 privilegiados pasajeros, entre los que se encontraban –por citar algunos nombres- el General don Pedro Huarte Mendicoa (en representación del Ministro del Aire), el General don Teodoro Pérez de Eulate (jefe de transmisiones del Ministerio del Aire), los diputados forales Jesús Ezponda y Félix Visús, Agustín Goizueta (vicepresidente del Real Aero Club de Navarra), y los periodistas navarros Pedro Lozano Bartolozzi (La Gaceta del Norte) y Julio Martínez Torres (Diario de Navarra).

Escándalo nudista.- La prensa local se hacía eco del escandaloso espectáculo que había protagonizado un grupo de turistas extranjeros, de ambos sexos, al bañarse desnudos, como su madre los trajo al mundo, en el paraje denominado “Los Peñones”, en la muga entre Arre y Villava, cerca de la Basílica de la Santísima Trinidad. “Los vecinos clamaron al cielo por este bochorno, por sus hijos, y por el discurrir de las buenas costumbres, no habituados a estas excentridades deshonestas”.

Las limosneras.- “Por la Plaza del Castillo hay infinidad de pedigüeñas. No es extraño el espectáculo; si lo es que cada una de ellas cargue con un chiquillo al que, además, le atizan la bofetada para que llore y así poder brindar un espectáculo más lastimero y a sus espensas sacar el provecho de la pesetilla o el duro”. (“El Pensamiento Navarro”, 9 de Julio).




OTROS IMPRESOS

Portada del programa de fiestas en su formato grande


Pequeño libreto

50 aniversario de la Plaza de Toros de Pamplona