LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1970

         La llegada de las fiestas vino precedida de una nota oficial de las Peñas de Pamplona, hecha pública el día 2 de julio, en la que los mozos de éstas sugerían que durante el riau-riau los Gigantes y Cabezudos, así como los dantzaris y timbaleros, acompañasen a los mozos para lograr una mayor rapidez en el desarrollo del mismo. Aprovecharon la nota para solicitar a los vecinos que se abstuviesen de arrojar agua a los mozos desde los balcones. A las chicas les pedían –concretamente a nuestras mozas- que no se incorporen al folklore de las peñas a la salida de los toros; y a los mozos les recomendaban precaución en el encierro.

         Es relativamente frecuente en la historia de los sanfermines organizar algún acto importante como acto pre-sanferminero que, con tantas ganas de fiesta como hay en esos días, suelen tener el éxito garantizado.  Dentro de esta cíclica costumbre el día 5 de este año se celebró el “Día infantil de Navarra”; para ello se organizó una multitudinaria cabalgata por las calles de Pamplona, teniendo en la Plaza de Toros su punto de salida y de llegada. La comitiva estaba compuesta por carrozas de las cinco merindades de Navarra, Gigantes y Cabezudos, y multitud de niños.

         La Feria del Toro tuvo sus protagonistas, siendo dignos de mención especial los diestros Paquirri, que cortó un total de seis orejas, y Miguel Márquez, con cinco orejas y un rabo. Los otros matadores que se dejaron ver en la plaza fueron Miguel Mateo “Miguelín”, José Fuentes, Manolo Cortés (este resultó aparatosamente cogido durante su primer toro el día 7, aunque eso no le impidió cortarle las dos orejas), José Luis Parada, Paco Camino, Julio Vega “Marismeño”, Diego Puerta, Santiago Martín “El Viti”, José Martínez “Limeño” y Antonio Ordoñez. El diestro Andrés Vazquez tuvo oportunidad de sustituir a Parada y a Cortés. Además de este cartel, a última hora se incorporó a la corrida del día 10, televisada como la del 7, la actuación del rejoneador J. Samuel Pereira “Lupi”.
         Las ganaderías de esta feria fueron las de  Pablo Romero, Juan Pedro Domecq, Antonio Martínez Elizondo, Carlos Urquijo, Lisardo Sánchez, Eduardo Miura, Cesar Moreno, y la de los Herederos del Conde de la Corte.
         El día 6 se celebró una novillada, fuera de abono, a las siete y media de la tarde, en la que los novilleros Marcelino Librero “Marcelino”, Raúl Aranda y José Luis Galloso, se enfrentaron a seis novillos toros de la ganadería del Conde de la Maza. Durante esta novillada se inauguró la nueva iluminación de la plaza.

         Durante la corrida del día 7 se guardó un minuto de silencio en memoria de don Francisco Irujo y de don Eduardo Lostao (miembros de la comisión taurina fallecidos ese año en accidente), y también en memoria de don Sebastián San Martín (que fue quien inventó doce años antes la denominación “Feria del Toro de Pamplona”).

         Del encierro es de obligada mención el del día 8, por haberse formado un montón en el callejón de la plaza, que se saldó con cincuenta heridos, uno de ellos grave. En el del día 14 también se registró un herido grave.

         En el ámbito callejero las fiestas de este año destacaron por el impulso que se le dio desde la Peña Anaitasuna al DIMASU (Día del Marido Suelto) que desde hacía unos años venía organizando esta peña; así pues, los del Anaitasuna quisieron darle un empujón: (...) y en el programa un subrayado, 10 de julio, el DIMASU, que comienza a las once de la mañana para los despiertos, con almuerzo en el local social; salida a las 12’30 con cartel y charanga, como unos “críos” cualquiera, hasta las dos, rubricando la mañana con fraternal comida, solos y nada tristes, para acudir luego a los toros; andada hasta las once; reposición de fuerzas; y como el día es de 24 horas y comienza el programa a las once de la  mañana, que ninguna de ellas se enfade si su contrario no llega a casa hasta después del encierro, porque las dianas son obligadas.




PINCELADAS


Alcalde.- D. Joaquín Sagües

Horario.- Encierro: 7 de la mañana. Corrida de toros: 5’30 de la tarde.

Chupinazo.- D. Agustín Latorre

Pañuelos de honor.- Al cuerpo médico del Hospital Civil de Navarra (representado en la ceremonia de entrega por su director, don Agustín Arraiza); y a los señores don Francisco Irujo y don Eduardo Lostao (representados por sus hijos).
         Los señores Irujo y Lostao, miembros de la comisión taurina de la Casa de la Misericordia, habían fallecido en abril, junto con sus esposas, víctimas de un accidente de tráfico cuando regresaban de Sevilla, a donde habían acudido para contratar las corridas de la Feria sanferminera.

Osasuna aguafiestas.- El día 5 de julio jugó Osasuna en el Sadar contra el Hércules a quien ganó 1-0. La victoria no fue suficiente, pues necesitaba remontar un adverso 4-0. Ello implicó el descenso de Osasuna a tercera división.

Bocinada a la hora de los fuegos.- El día 9 de julio de este año ha pasado a la historia a causa de la falta de puntualidad y de la escasez de formalidad de la pirotecnia encargada del toro de fuego y de los fuegos artificiales.
         A las diez de la noche, hora prevista para el inicio del toro de fuego, no se presentó ningún empleado de la Pirotecnia Zaragozana. En vista del retraso, responsables del Ayuntamiento de Pamplona se desplazaron hasta el barrio de San Juan en donde a las once se iban a disparar los fuegos y pidieron explicaciones a los pirotécnicos, que se excusaron diciendo que no sabían que ellos tenían que pasear al toro. En el mismo taxi que empleó el Ayuntamiento tuvo que montarse uno de los empleados quien, con casi una hora de retraso, alegró a la chiquillería que con santa paciencia había esperado para correr delante de las chispas.
         La gracia –que entonces no hizo ninguna- estuvo en que la persona que a las once tenía que tirar los fuegos artificiales era la misma que a esa misma hora hacía felices a los niños bajo la carcasa del toro de fuego, lo que motivó el retraso en una hora del lanzamiento de los fuegos de artificio.
         No hace falta decir que las muestras de descontento y de indignación que mostraron los pamploneses, y los forasteros, durante esa hora fueron innumerables. Especialmente sonoros e incesantes fueron los bocinazos que dedicaron los conductores a la mencionada pirotecnia.

Bibliografía.-
·        IRIBARREN, José Mª.  Hemingway y los Sanfermines. Editorial Gómez. Colección Ipar, nº 34. Pamplona, 1970.




OTROS IMPRESOS

Portada del programa de fiestas en su formato grande

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